A qué huele la sangre, ¡será que huele a lo mismo que huele el agua!, agua en la cabeza de la amante, agua en la cacerola de quien no cocinará esta noche, por estar entretenido con la muerte.
La sangre no huele cuando es limpia, el agua no huele cuando es limpia, en Colombia huele a sangre derramada y el agua de los ríos se ha vuelto picha, Colombia huele a palomas posadas en los techos de la guerra, Colombia huele a sexo reprimido, untado y barajado en tangos y rancheras, huele.
El agua huele a sexo y Colombia huele a sexo, basta con mirar y ver (¿observar?) los millones de condones que flotan en las aguas del pestilente del río Bogotá, para confirmar que la sangre huele a sexo, ya que por las aguas de los ríos en Colombia bajan miles de cadáveres por año, alimentando los gallinazos que navegan en sus aguas.
Colombia huele a arco iris, Colombia no huele a sopa, Colombia huele a guayaba y a mariposas amarillas, Colombia huele a gordas y gordos recién masacrados.
Colombia huele a Montoya y millones de dólares, Colombia huele al Pibe y a rizos amarillos tinturados, huele a chocolate pasado por el video-sexo de Shakira, Colombia no huele a gallina amarilla calentada con un foco. Colombia ya casi no huele a ruana.
Colombia olió a pino silvestre, a pachulí, a maíz, a cuca frondosa, Colombia ha empezado a oler a monóxido de carbono, a tóxicos, a humo malo y negro. Colombia tiene el aroma de la vida y tiene el aroma de la muerte, se ha perdido el olor de la fiesta, convertida en masacre permanente, Colombia huele a tumulto y religión, huela a zozobra, huele a miedo que asusta al propio olor de la metralla.
En la zona rosa huele a pulmón cocido, el congreso huele a pólvora y tinta seca, que en el transporte público se concentran los olores reprimidos y saltan a la vista los deseos de arribar al día siguiente, huele a motel y sábanas y sueños, y angustia no poder oler el sol que casi ya ni huele.
Colombia huele a espíritu callejero y libertario, huele a rumba y canto, huele a arte y carcajadas. Colombia huele a sociedad vespertina un poco rancia por las plumas del gallinero. Colombia huele a salsa, pueblo y muchedumbre. ¡Llegó el cólera! Colombia huele a río.
Colombia es una maravilla de olor. El olor colombiano puede exportarse en frascos de poesía.
Luis Fernando Vásquez L.
Ambientalista
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